CASSANDRA´S DREAM

El prolífico director Woody Allen cierra su trilogía londinense con 'Cassandra´s Dream', un drama en la línea de 'Match Point' en el que da otra vuelta de tuerca a sus obsesiones.

Me confieso fiel seguidora del neurótico neoyorquino, de sus comedias más hilarantes pero también de sus incursiones en el drama y de aquellos trabajos en los que mezcla sabiamente ambos géneros.

La película que nos ocupa, junto a la alabada 'Match Point', heredan en cierto modo la trama argumental de la genial 'Delitos y faltas' con un planteamiento filosófico de fondo respecto al dilema moral.

Para que su trasfondo llegue la historia necesita ser reposada y no es a la salida del pase cuando esto sucede. Quizá la introducción de la película se torna demasiado larga, pareciendo que no sucede nada hasta que los acontecimientos empiezan a precipitarse, por esto es posible que la sensación de lentitud interfiera en la huella de su mensaje y caiga en el olvido o al contrario sea al cabo de unos días cuando sin buscarlo se empiece a ahondar en ella.

Allen traslada la tragedia griega a nuestros días, constatando que las pasiones humanas son intemporales. Contrapone a sus dos actores principales mostrando la frialdad y el egoísmo frente a la debilidad y la culpa.La interpretación de Colin Farell, alejado de sus habituales papeles en películas de acción, sorprende por lo expresiva logrando hacer creíble su personaje. Su hermano en la ficción, Ewan McGregor, demuestra una vez más su versatilidad y talento.

'Cassandra´s dream' habla de insatisfacciones, adicciones, remordimientos, deseo y compasión; plantea que una vez traspasado el límite no hay vuelta atrás :¿Hasta dónde es lícito llegar con nuestras acciones?.Se trata en definitiva de una historia sobre la ambición y la conciencia.