jueves, 27 de diciembre de 2007

Glamour menor de 35

Moda joven y no es ‘El Corte Inglés’. El certamen de Jóvenes Diseñadores de Cantabria cumplía cinco años de glamour menor de 35. Allí estuvimos.

Acudir a la Estación Marítima supone, para empezar, ataviarte con las galas nórdicas. Porque aquí el concepto de calefacción no existe y por mucho calor humano que haya los techos son altos y al fin y al cabo esto sigue siendo lo que es, una estación.

Pero allí estaba, dispuesta a convertirme en la nueva cazadora de tendencias, algo así como la Beckam STV. Pelo bob y mucho ojo a los talentos cántabros porque además del concurso la noche ofrecía la primera colección de José Manuel Gómez, el ganador del certamen del año pasado.

Jesús Mazón, para variar (¿es que no hay otro presentador?) era el hilo conductor de la gala. Nervios de estreno tras el biombo hasta que por fin comienza. Primero baño.

El desfile de los diseños de los 14 participantes fue variopinto y curioso: a ratos transgresor a ratos más soso. Si tuviera que destacar un color me quedaría con el rojo del primer diseño en la pasarela, de transparencias y gasas. Rojo del ‘Moulin Rouge’, alegre y espectacular, combinado con el blanco del encaje que la modelo dejó caer al final. Me niego a continuar la estela del blanco y negro del diseño ganador. Es lo de siempre, el ying y el yang, el día y la noche, como lo quieras justificar, vendes lo mismo. Y es aburridísimo.

En cuanto al maquillaje, brillaron los cuerpos, las espaldas y los brazos cubiertos de purpurina. Azul en las miradas que demostró ser talismán porque fue el ‘Corazón valiente’ de modelo pintada media cara de azul la que se alzó con el segundo premio. Un poco demasiado evidente, a mi entender, la asociación con ese Braveheart de lucha interminable (esa película en la que pasan más tiempo en guerra que en paz). Y un poco sosito el diseño en cuestión y su modelo, ausentes de la garra que el título presagiaba.


Aún quedaban los posos de hace un año y aquel ‘Cañones por banda’ de modelo enérgica y bailonga que tan bien supo llevar su vestuario y entender el espíritu del diseño, pirata que lucha, capitán intrépido. Aquel vestido se llevó un premio gracias a la puesta en escena y este año fueron varios los que cuidaron estos detalles. Así, las gasas se deshicieron en brazos que giran mostrando el movimiento de las telas, la sombrilla se abrió como un pavo real, una modelo ganó a su simple vestido y otra se cortó el traje (excesivo gesto que quitó valor al vestido en sí), las piezas mostraron sus diversos usos con elegancia y clase, y el cabaret llegó entre sonrisas y bailes convirtiendo el paseo en un espectáculo. Y es que la moda es eso, espectáculo al fin. Por eso me encantó la colección de José Manuel Gómez, porque jugó al mostrarla con luces y sombras, con ambientación, con arte. Espero que tenga mucha suerte, y los ganadores también, aunque no me gustaran. Pero sobre todo espero que este certamen no desaparezca y los jóvenes diseñadores continúen teniendo su lugar en Cantabria.

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