martes, 6 de noviembre de 2007

EL ORFANATO

Con Guillermo Del Toro como padrino de excepción, el director novel Juan Antonio Bayona debuta con una historia de terror que se ha convertido en la película española con mayor recaudación del año. Aspirante a representar a España en los Oscar, si opta por la codiciada estatuilla lo sabremos el próximo 22 de enero, cuando la Academia de Hollywood desvele los candidatos.

Desde el primer momento ‘El Orfanato’ nos introduce con una lograda ambientación en una trama que, a pesar de constituir una amalgama de títulos del género, logra suplir su falta de originalidad con una impecable factura.

Sin necesidad de emplear grandes efectos rescata el espíritu del cine de terror psicológico, ese que nos hace removernos en la butaca al más leve crujir del suelo (estética que se rompe con ciertos toques cómico-gores). Es posible que las propias expectativas ante un producto de estas características nos lleven, al menos en mi caso, a esperar ese tipo de sustos que hacen saltar del asiento y mirar de reojo a la pantalla, expectativas que me hicieron impacientarme en la primera parte de la cinta en la que se nos introduce (necesariamente) en la historia. En la segunda mitad, la acción se desarrolla más vertiginosamente.

Interesante el dualismo entre la visión racional-científica del padre y la psicóloga que siguen los cauces habituales(“ver para creer”) ante la desaparición del niño y la emoción bordeando la locura de la madre, respaldada por un grupo de parapsicólogos encabezado por Geraldine Chaplin en el papel de médium (“creer para ver”).

La televisiva Belén Rueda resulta más creíble como madre descarnada que en su premiada y para mi gusto inexpresiva interpretación en ‘Mar adentro’. El peso de la película recae totalmente sobre su personaje consiguiendo que su desesperación y su lucha logren emocionar aunque sólo lo justo: algo le falta a su protagonista que no consigue remover los sentimientos más allá de la inquietud que produce la historia.

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